La piel produce grasa de forma natural para combatir la sequedad, pero cuando lo hace en exceso, provoca un aspecto más húmedo y brillante que es lo que llamamos como 𝗽𝗶𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗮𝘀𝗮.
Esto ocurre debido a que las glándulas sebáceas tienen una sobreproducción de sebo. Y como resultado, este tipo de piel es más propensa a producir: acné, puntos negros, espinillas, poros abiertos, etc. Sin embargo, a parte de este factor natural, también existen otros (los que te compartimos en la imagen) que influyen en esta producción de grasa.
Finalmente, si tienes tu piel grasosa, es muy importante que cambies tus hábitos de rutina facial y alimentación. Limita el consumo de grasas, hidrátate con suficiente agua y visita al dermatólogo para conseguir más ayuda sobre productos y tratamientos adecuados para tu tipo de piel.
Estamos para ayudarte en @dermahairclinic 💙.